Qué susto
Todos, los más ricos y sus representantes en el gobierno, los autoproclamados expertos, los principales comentaristas e «influenciadores», ni hablar de la realeza política y sus servidores, están muy asustados. Quién sabe qué tanto dure el susto. Algunos pronostican, o desean, que muy poco; otros argumentan de manera impresionantemente torcida que el que tiene cada vez mayor apoyo popular es, pues, una amenaza al país (desde sus orígenes se ha planteado que demasiada democracia es peligrosa), otros insisten en que se requiere de una "alternativa" más "elegible" (a pesar de que según las encuestas, este es en los hechos el favorito entre el electorado) y que urgen propuestas políticas más "pragmáticas" para poder ganar la elección presidencial (a pesar de que esas mismas fueron derrotadas la última vez). ¿Y quién es la amenaza tan potente? Pues, un viejo de Brooklyn con la consigna de un ya basta con el control del uno por ciento más rico, y que convoc...