Ecuador: vuelven los tiempos de indignidad


Mario Ramos*

En el primer día de atención del buque de la Armada estadounidense USNS Comfort, en la explanada de la Autoridad Portuaria de Esmeraldas (APE), los esmeraldeños y ecuatorianos que asistieron para ser atendidos se sintieron burlados, de acuerdo al reporte del diario La Hora de Esmeraldas, reclamaron un hospital de especialidades.

El hecho concreto es que asistieron muchos pacientes y esto, al parecer, desbordó la capacidad de atención del USNS Comfort. Es ineludible que hayan surgido esos “problemas de organización”, ya que la presencia de ese buque tuvo su publicidad y se vendió intrínsecamente la idea de que solucionaba los problemas de salud de los habitantes de esa zona de nuestra geografía.

Es evidente que la salud de un sector de la población no se remedia con la presencia esporádica de un ‘buque hospital’, y mucho menos resuelve la salud de pacientes con enfermedades que requieren de una atención sistemática o tratamientos de mayor complejidad.

Sin embargo, esto no ha sido considerado por el Gobierno de Moreno, ni por el ministro de Defensa, Gral. Jarrín, ha respondido al interés del Gobierno estadounidense de permitir que el Comando Sur de EEUU recupere influencia geopolítica/geoestratégica en países como el nuestro donde la había perdido.

Es claro que un Estado tiene que establecer políticas de salud de mediano y largo plazos, e implementar toda la infraestructura que se requiere para una atención digna de sus ciudadanos. En este sentido, han vuelto los tiempos de indignidad al permitir que un buque de la Armada estadounidense nos entregue, como gran cosa, una limosna en materia de salud.

En este marco, el trato dado a los ciudadanos ecuatorianos, es vergonzoso. Y decimos, han vuelto los tiempos de indignidad, porque cuando se permitió, violando toda nuestra normativa, la presencia del FOL (por sus siglas en inglés, Puesto Avanzado de Operaciones) estadounidense en la base de Manta, ya vino por primera vez el USNS Comfort.

El resultado concreto es que se trata, básicamente, de una operación psicológica, para enviar el mensaje de: -vean que buenos que son estos gringuitos-, más que un real impacto en la mejora de la salud de la población de esa circunscripción, porque no se trata de un programa de salud solidario y metódico, sino de una presencia ocasional, donde habrá habido casos de ciudadanos con problemas de salud menores que se vieron beneficiados con la atención del USNS Comfort.

La presencia en Ecuador del USNS Comfort rebasa lo antes analizado, es decir, su filantropía con la coartada de la salud. En los últimos meses, el Comando Sur de EEUU ha desarrollado operaciones militares en zonas estratégicas de Nuestra América, que han contado con la participación del USNS Comfort.

Así, el 17 de agosto se reunieron en Bogotá el nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, y el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, el tema central fue Venezuela.

En esa ocasión, Mattis se comprometió a enviar el buque hospital USNS Comfort (el helipuerto del USNS Comfort tiene capacidad para el aterrizaje de aeronaves de guerra) a Colombia con el pretexto de atender la llegada masiva de venezolanos, migrantes que, a propósito, en su gran mayoría no podían ser atendidos por el USNS Comfort, ya que su ruta de migración es por el interior de Colombia y no por sus costas.

Lo cierto es que el USNS Comfort participó en el ejercicio militar naval Unitas de septiembre del 2018, que tuvo como anfitrión a Colombia y contó con la participación de Ecuador, que estuvo ausente de estos durante los últimos once años.

La presencia de ese buque de la Armada estadounidense fue denunciada por el presidente boliviano Evo Morales como una invasión encubierta del Gobierno de Trump a América Latina. Tras estos ejercicios aún permanecen operando en Colombia cerca de mil efectivos de EEUU, principalmente en Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, los que eventualmente pueden trasladarse a la frontera con Venezuela.

Como se ha hecho evidente en otras acciones de desestabilización del Gobierno bolivariano, seguramente las misiones de esos militares seguirán siendo asesorar a opositores, civiles y militares venezolanos en acciones de sabotaje y entrenamiento de grupos paramilitares para atentados en Venezuela.

Esta hipótesis se refuerza por el artículo publicado en The New York Times, según el cual la administración Trump busca planificar un golpe de Estado contra el presidente Nicolás Maduro.

De la misma manera, en el reportaje ‘Conozca el verdadero objetivo del buque hospital del Comando Sur en Latinoamérica’ se denuncia la doble función que cumple el USNS Comfort, entre las que se encuentra la recolección de información para futuras operaciones. Por otro lado, contraviniendo la Convención de Ginebra, el USNS Comfort tiene la capacidad de portar armas ofensivas.

Para terminar, lo más sorprendente del USNS Comfort es haber encontrado que es parte de una lista de buques estadounidenses que son cárceles flotantes de la CIA.

Esta denuncia la realizó una ONG del Reino Unido denominada Reprieve que investigó los vuelos de la CIA y en un informe señaló que 17 barcos de la Armada estadounidense fueron o están siendo utilizados para interrogar prisioneros encarcelados en esas naves, en una especie de guantánamos flotantes.

La presencia, en esas condiciones, del USNS Comfort es una muestra más de la pérdida de soberanía del Ecuador, que ha dado varias señales de sumarse al aislamiento diplomático que busca generar el contexto que justifique una invasión militar a Venezuela.

*Director CENAE

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