Cuba/EU: Hitsuzen y esos ataques sónicos

Por Álvaro Fernández

MIAMI – Golpea Hitsuzen. Es una palabra japonesa que significa que no existe tal cosa como coincidencia.

Comenzamos la presidencia de Trump, después de su sorprendente victoria en noviembre de 2016 y meses antes de su toma de posesión, con esas misteriosas supuestas lesiones sufridas en las cabezas, cerebros y quién sabe qué otras por los diplomáticos y el personal estadounidenses en Cuba, luego en China y más tarde en Rusia. Los infames ataques ‘sónicos’.


En Cuba, al menos, condujo al desmantelamiento de la oficina consular en La Habana y a desmontar gran parte del acercamiento iniciado durante los años de Obama. Trump reemplazó la diplomacia de Obama con su doctrina (cuyo arquitecto principal es Marco Rubio, de Florida): un intento despiadado y cruel de hundir profundamente la isla-nación y a sus habitantes en las aguas azules del Mar Caribe, el Golfo de México y el Océano Atlántico.

Ahora, con poco más de un mes antes de que Trump entregue las llaves de la Casa Blanca (bueno, parece que puede tener que ser arrastrado y hacer nuevas llaves…) a Joe Biden, los ataques “sónicos” en Cuba están de vuelta en las noticias. Golpea Hitsuzen. Llamé a los ataques sónicos ‘Eargate‘ en 2017. En ese momento llegué a mi propia teoría “usando la lógica, la historia y el sentido científico común”. Escribí: “Si ‘Eargate’ sucedió como se informó, los culpables son los propios estadounidenses que trabajan para deshacer los avances en la diplomacia logrados desde el 17 de diciembre de 2014, entre Estados Unidos y Cuba”.

Marco Rubio y otros como él, mediante amigos en el Departamento de Estado encabezados por otro besador de Trump y loco del Tea Party, el Secretario Mike Pompeo, han visto el final de su carrera intentando hundir la isla, un esfuerzo sostenido en los últimos cuatro años. Así que usando los medios de comunicación, como lo han hecho magistralmente en estos últimos años, y mezclando adversarios como Rusia y China, estos Trumpers de la peor especia están tratando de reavivar un caso sobre los agentes de la CIA reportados como empleados del Departamento de Estado en La Habana y otras ciudades de todo el mundo.

Porque de repente y con poco más de un mes antes de que Trump deba salir de la Casa Blanca, CNN, The New York Times, AP, Washington Post y una serie de otros están informando que “las misteriosas lesiones en la cabeza sufridas por el personal diplomático estadounidense en China y Cuba que habían sido descritas como “ataques sónicos” son consistentes con el uso de energía de microondas dirigida, según un informe publicado el sábado por la Academia Nacional de Ciencias”. National Academy of Sciences

El informe afirma que “la mera consideración de tal escenario genera serias preocupaciones sobre un mundo con actores malévolos desinhibidos y nuevas herramientas para causar daño a otros, como si el gobierno de los Estados Unidos no estuviera ya ocupado con amenazas naturales”.

Marco Rubio y sus amigos saben que con Joe Biden en la Casa Blanca, la relación entre Estados Unidos y Cuba volvería a la era anterior a Trump cuando ambos países estaban hablando respetuosamente y buscando soluciones a los problemas, en lugar de crear otros nuevos. Tanto Biden como el vicepresidente electo Harris declararon esto durante la campaña. Los “ataques sónicos”, ahora diagnosticados como microondas, son una buena manera de crear dudas sobre las intenciones de Cuba —y sus “amigos” en Rusia y China— con la finalidad de poner una cuña entre el plan Biden-Harris para Cuba y mantener los muy lucrativos años de hostilidades entre nuestros países de los que Little Marco y otros se han beneficiado enormemente.

Pero como escribí en 2017, hay ejemplos de coincidencias en el pasado que nos llevaron a guerras o embrollos diplomáticos:

• El USS Maine que explotó en el puerto de La Habana dio a Estados Unidos una razón para intervenir en la guerra librada entre Cuba y la metrópoli española, que duró muchos años. Curiosamente, fueron los editores de periódicos los que empujaron a Estados Unidos a intervenir en la Guerra de Independencia de Cuba. ¿Y quién voló el Maine? Quienquiera que lo haya hecho le dio a los EE.UU. una razón para entrar en la guerra…

• Vietnam y la teoría del dominó. El país involucrado en una guerra de independencia (no muy diferente de lo que Estados Unidos hizo en 1776), nos dijeron que estaba siendo invadido por comunistas. A quienes les gusta la caída de las fichas de dominó, tarde o temprano terminaría en nuestras costas…

• Armas de Destrucción Masiva en Irak. Una mentira demostrada que condujo a Estados Unidos a una guerra contra Saddam Hussein, que hasta la fecha, todavía estamos pagando y que también trajo como consecuencia una desestabilización aún mayor de Oriente Medio, partes del sudeste asiático y del mundo. EIIL y otros grupos terroristas persisten en dicha zona.

• El calvario de Peter Pan en Cuba. Casi 15.000 niños utilizados por la CIA y la Iglesia Católica en una operación para desestabilizar el recién formado gobierno revolucionario cubano. Muchos de esos niños son ahora hombres y mujeres mayores que todavía llevan las cicatrices de este plan grotesco. Y muchos en los EE.UU. aun culpan al gobierno de Castro por ello…

Todas eran “coincidencias” que llevaron a ciertas personas en el gobierno de los Estados Unidos a lograr sus objetivos de dominación sobre otras partes del mundo, mientras que al mismo tiempo se beneficiaban económicamente de algunos de los conflictos planeados y dirigidos.

Ahora que Trump sale del escenario en 2020, ‘Eargate’, o los ataques sónicos, o las alcaparras de microondas, llámelo como Ud quiera, resulta espeluznante cómo estas extrañas coincidencias ocurren en el momento justo… y benefician a todas las personas equivocadas.

Por eso yo también creo que no existen las coincidencias.

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