La propuesta económica de Haddad
Lucía Converti y Sergio Martín-Carrillo
Investigadores de CELAG
La campaña electoral en Brasil ha estado contagiada de un clima
enrarecido debido al conflicto político surgido tras el golpe contra la
presidenta electa Dilma Rousseff y el posterior impedimento para que el
expresidente Lula concurriera a las elecciones. A pesar de la centralidad de
este conflicto y el de la enorme corrupción que ha afectado a políticos de
todos los sectores en los últimos años, el deterioro de la economía es el otro
gran tema que tendrá que abordar el próximo Ejecutivo que salga de las urnas.
La situación de la economía brasileña recuperó levemente la senda del
crecimiento en el año 2017, a costa de las condiciones de vida de las grandes
mayorías que han visto cómo, en los últimos años, ha empeorado su situación
socioeconómica. Según los datos de la Fundación Getúlio Vargas, a finales del
2017 un total de 23,3 millones de personas vivían bajo la línea de la pobreza,
lo que supone 6,27 millones más que a finales del año 2014 (un incremento del
33%). En total, 14,83 millones de brasileños vivían en el año 2017 con menos de
137 reales (unos 38,2 dólares) per cápita, según los datos tenidos por LCA
Consultores y publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística
(Ibge).
Capacidad de gestión
La propuesta económica del Partido dos Trabalhadores (PT) retoma las
bases de los gobiernos de Lula, poniendo el foco en aquellas trabas no
resueltas de la economía de Brasil y apostando por un nuevo impulso
desarrollista que rompa con la escalada de deterioro de las condiciones de vida
experimentado por el pueblo durante los últimos años. El Nuevo Proyecto de
Desarrollo está enfocado en una dimensión territorial con el propósito de
mejorar la calidad de vida y la generación de oportunidades para todos. Comprometido
con el desarrollo sustentable, social y ambiental.
El encargado de liderar este proyecto una vez que se confirmó la
imposibilidad de concurrir a las elecciones de Lula es Fernando Haddad,
acompañado por Manuela D’Ávila, candidata a la vicepresidencia. Haddad es un
hombre de confianza del expresidente Lula, que se incorporó a su gabinete
ministerial en el año 2005 al frente de la cartera de Educación. Según el Banco
Mundial, al concluir su mandato, Brasil era el país con mayores avances, en ese
periodo, en el aumento de la escolaridad; los avances en la democratización de
la enseñanza universitaria también fueron muy destacados. Tras ser uno de los
ministros mejor valorados, dio el salto a la política local en la que fue
elegido como alcalde de Sao Paulo, registrando un apoyo del 55,94% en las
elecciones del 2012. Los ejes de acción de su Gobierno se centraron en la
mejora de la movilidad urbana y la disminución de los congestionamientos del
tráfico, ampliando las ciclovías y creando nuevas líneas de ómnibus.
Las propuestas económicas del Partido dos Trabalhadores (PT)
El modelo que encabeza Haddad al frente del PT apunta a reactivar el
gigante potencial de consumo de Brasil a partir de la expansión del gasto en
obras que generarán empleo y riqueza. Esta política será acompañada por tasas
bajas que permitan ordenar las cuentas de las empresas y hogares para un nuevo
ciclo de consumo, producción e inversión.
El Banco Central no solo controlará la inflación sino que adoptará como
uno de sus objetivos la generación de empleo, abandonando la idea de que debe
ser una institución independiente. El tipo de cambio será intervenido para
mantener un tipo de cambio competitivo pero que permita el desarrollo
industrial.
La restricción externa, como problema estructural, será uno de las
principales temas con los que lidiar, y para ello existen algunos proyectos en
marcha en el marco de la integración con los BRICS, como el fondo de reservas
(ACR) y el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD).
Como política externa también retomará la agenda de los gobiernos de
Lula y Dilma por la multipolaridad y las instancias de integración regional de
Mercosur, UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), CELAC (Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños) y el plan del Banco del Sur, así como la
revitalización de su participación en los BRICS. La vuelta a las relaciones de
Cooperación Sur-Sur que colocaron a Brasil como uno de los líderes mundiales de
la diplomacia multipolar, se atisba como otro de los principales ejes de la
acción exterior de su eventual Gobierno.
Su plan queda concretado en dos partes: un Plan de Emergencia y un Plan
Estructural, cuyo objetivo común es el de revertir las condiciones que el
Gobierno de Temer impuso a la economía, y que profundizaron la crisis, el
estancamiento económico y el deterioro de las condiciones de vida de la mayor
parte de la población brasileña.
Plan de emergencia
En este sentido los primeros pasos son, derogar las leyes que limitan la
ampliación del gasto por 20 años, derogar la reforma laboral tercerizadora y
precarizadora impuesta por Temer, detener las políticas de privatización y
recuperar el pre-sal de los intereses de empresas internacionales para
devolvérselo al pueblo.
Las primeras medidas serán: 1) regular las tasas bancarias sumamente
abusivas; 2) activar el programa de empleo Mi empleo de nuevo y;
3) reanudar la transferencia de renta a los hogares como el programa Bolsa
Familia. Será esencial, en este sentido, reanudar las obras en los municipios
para retomar la actividad.
Plan estructural
Este plan tiene dos desarrollos paralelos también, uno referido a las
características del modelo de desarrollo, su financiación y reforma de
estructuras estatales y, el otro, un destacado impulso a la inversión en
innovación y ciencia para concretar el proyecto de desarrollo.
Uno de los ejes principales en que se delimita el programa comprende una
política nacional de desarrollo regional y territorial que permita la inclusión
productiva y elimine las desigualdades.
En términos laborales se destacan la elaboración de un nuevo estatuto de
Trabajo que se adapte a las nuevas exigencias a nivel internacional con programas
de formación a lo largo de toda la vida laboral. Creación de un programa
de Salario Mínimo Fuerte que garantice la movilidad por
inflación pero también tenga un crecimiento real que permita que el motor del
consumo siga funcionando. Una innovación interesante es la mención de la
necesidad de debatir la reducción de la jornada laboral. Asimismo, la promoción
de la economía social es considerada fundamental para el acceso de todos al
empleo y al ingreso dignos.
Uno de los planes centrales para impulsar la inversión es la
democratización del acceso al crédito y la competencia bancaria para eliminar
el alto spread de tasas. En este sentido, el equipo de Haddad
propone una Reforma Bancari que consiste en introducir cuotas
de cartera para créditos productivos por bancos y una disminución de impuestos
para aquellos bancos que reduzcan las tasas, que a su vez estarán compitiendo
con las tasas de los bancos públicos e instituciones de créditos regionales.
Los servicios públicos de calidad serán fundamentales para garantizar el
bienestar social. En este sentido, se hace énfasis en la necesidad de una
reforma tributaria progresiva, simple, eficaz en la recaudación y transición
ecológica que permita llevar adelante esta propuesta. Una de las medidas propuestas
en este sentido es el Impuesto de Renta Justo que prevé que no
se pague el impuesto hasta cinco salarios mínimos y aumente las alícuotas a los
más ricos. También una tributación directa sobre lucros y dividendos, y la
implementación de una política de IVA que sustituya la estructura de impuestos
indirectos actual.
A nivel productivo se plantea una reindustrialización de Brasil.
La industria es considerada un sector clave para el desarrollo, ya que ofrece
empleos de calidad, aumento de la productividad del trabajo, y necesaria
innovación tecnológica. Para ello el Estado estará presente mediante la
inversión pública en sectores estratégicos como la industria del petróleo, gas,
petroquímica, sectores de bienes de capital y defensa. La Inversión extranjera directa
será estimulada y dirigida por el Estado. La igualdad salarial por género,
color y las oportunidades para los discapacitados son, a su vez, propuestas
trasversales a todo el proyecto.
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